martes, 8 de enero de 2013

Tenemos que hablar de Kevin

Título: Tenemos que hablar de Kevin (We need to talk about Kevin)
Director: Lynne Ramsay
Intérpretes: Tilda Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly, Ashley Gerasimovich
Año de estreno: 2011

El debate acerca del origen de la maldad (¿las personas nacen malas o se hacen malas?) ha dado lugar a unos cuantos trabajos de ficción en distintos campos, y es que el tema tiene miga. Pero en el caso de esta película, la cuestión queda soterrada por el excelente thriller en el que se convierte la historia de una madre y un hijo.

Eva Khatchadourian, una exitosa autora de libros de viajes, da a luz a su primer hijo, Kevin, que altera su vida de maneras que no logró imaginar. El cambio en su rutina no tarda en verse reflejado en su relación con Kevin, que desde muy pequeño demuestra ser inteligente, calculador, procaz y frío. Dicha actitud preocupa a Eva, mientras su marido niega la evidencia del comportamiento del chico. Con el nacimiento de su hermana, Celia, el comportamiento de Kevin se torna peligroso, especialmente al llegar a la adolescencia; la sospecha de que hay algo muy perturbador en Kevin se hace visible de la manera más dolorosa imaginable.

Las distintas críticas acerca de la película ya destripaban la mayor consecuencia del comportamiento de Kevin, que es al mismo tiempo clímax y motor de la película, narrada a base de flashbacks, pero resulta mucho más impactante enfrentarse a ella sin saber nada en absoluto e ir atando cabos a medida que avanza el metraje. Ramsay ejecuta dichos flashbacks de una manera que puede resultar confusa al principio, pero una vez nos hemos acostumbrado, las escenas resultan hipnóticas gracias al contraste entre el pasado y el presente. Destacan las actuaciones, especialmente las de Tilda Swinton y Ezra Miller como Eva y Kevin, que desarrollan a lo largo de sus escenas unas imágenes de expresividad sorprendente.

Tenemos que hablar de Kevin es una película de atmósfera turbadora que algunos no han dudado en calificar de terrorífica. Con una tensión latente a lo largo de todo el metraje, Tenemos que hablar de Kevin es, probablemente, una de las películas con más suspense que he visto en los últimos meses.

Puntuación: 9

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