lunes, 6 de julio de 2009

Eva al desnudo


Título: Eva al desnudo (All about Eve)
Director: Joseph L. Mankiewicz

Intérpretes: Bette Davis, Anne Baxter, Gary Merrill, George Sanders

Año de estreno: 1950

Ah, el cine clásico. Antes del color, de los fuegos de artificio, de las grandes explosiones, de los superhéroes, de las escenas de sexo y de las mismas como tema, el cine era un verdadero arte. Aun gustándome y mucho el cine actual, nunca estará a la altura del cine clásico. Carecían de medios, y eso les hacía poner un cuidado exquisito en planos, escenas, diálogos... Por ese motivo es clásico: porque su aura de perfección es inmortal. Eva al desnudo es uno de esos clásicos. A caballo entre el drama y una comedia de humor muy negro y mordaz, esta excelente película explica por sí misma por qué nos sigue gustando el cine clásico.

¿Y de qué trata Eva al desnudo? Su protagonista es una famosa actriz teatral llamada Margo Channing, ya cuarentona y en la cima de su éxito, endiosada a más no poder, que toma bajo su protección a una joven y ferviente admiradora suya llamada Eva Harrington. La chica cumple los deseos de Margo antes incluso de que sean formulados, y todo marcha de maravilla hasta que la veterana actriz comienza a sospechar que las voluntariosas y supuestamente bienintencionadas acciones de Eva tienen un objetivo concreto: llegar al lugar que ella ocupa.

Esta película posee una serie de virtudes que la convierten en una obra maestra. La primera es la interpretación de los actores. Bette Davis configura a una perfecta Margo, de la que casi podría decirse, por las citas que conocemos de ella, que es un trasunto de ella misma. Anne Baxter actúa, por su parte, como una muy creíble "trepa" de dos caras: la una dulce y sumisa y la otra (la verdadera) de una arpía de ambición desmedida. El resto de los actores está impecable, incluso Marilyn Monroe, que en sus escasos minutos en pantalla actúa como una corista sin talento y pocas luces.

Su segunda gran virtud es su guión. La historia tiene un par de clímax y una culminación que mantiene la atención del espectador de principio a fin de sus más de dos horas de duración, salpicadas además por toda una colección de citas colosales que se clavan como puñaladas verbales en las espaldas de sus receptores. Resulta natural que algunas de ellas sean tan conocidas.

En conjunto, Eva al desnudo es una película imprescindible, quizá la única de la filmografía de su Mankiewicz (con permiso de Cleopatra, que para mi gusto es bastante aburrida), y un verdadero placer para aquellos que aprecien el buen cine, el cine de verdad.

Puntuación: 9

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